Cada cierto tiempo surge un nuevo estándar, un nuevo apodo comercial o una marca que derriba las convenciones de la anteriores. En el mercado de televisiones, las tecnologías cada vez se sofistican más para alcanzar perfiles de color más amplios, mayores picos de luminancia o diseños más vanguardistas.
A continuación, para que resulte fácil entender estos desarrollos, vamos a explicar con un lenguaje sencillo qué es la tecnología QLED a través de tres conceptos clave: quantum dots, tipos de LED e iluminación FALD.
A examen: ¿qué es el QLED?
Comencemos la explicación con una escisión que es la base de todo. En la actualidad, existen dos tipos de televisor: aquellos que necesitan una fuente de luz externa y aquellos que no. QLED (Quantum Dot Light Emitting Diode) es de los primeros.
Píxeles no autoemisivos de luz versus píxeles autoemisivos de luz. Los primeros necesitan de un panel para transformar la electricidad en luz; es decir, lo que ocurre con los televisores LCD/LED y QLED. Por otro lado están los televisores sin retroiluminación, los «verdaderos» LED: OLED, miniLED y microLED. Estos segundos son orgánicos: los leds se excitan con la electricidad y comienzan a brillar.
En resumen, la tecnología QLED se basa en el mismo principio de los televisores LCD, pero aporta muchas y sustanciales mejoras. Es más, aunque esta tecnología proviene de otras aplicaciones médicas y químicas descubiertas a finales de los años 80, sus resultados en el desarrollo de televisores le permiten competir cara a cara contra cualquier OLED, convirtiéndose en la tecnología con más futuro dentro de este mercado.
¿Y los quantum dots?
Profundicemos un poco más. Los paneles QLED cuentan con un filtro extra respecto a otros LCD, una lámina de plástico de color amarillo sobre la que se han pulverizado “puntos cuánticos” o quantum dots. Estos qdots son nanocristales fabricados a partir de una solución líquida, una formulación química compuesta por distintas “sales” semiconductoras, como seleniuro de cadmio, telururo de cadmio o incluso sulfuro de cinc. La solución, al someterse a una temperatura variable, crea distintas cristalizaciones.
¿Y por qué estos materiales y no otros? Porque poseen las propiedades electrónicas adecuadas para conseguir quantum dots fluorescentes. Los qdots no solo emiten la luz de energías discretas (un solo color), también absorben luz.
Y claro, cuando la luz pasa a través de ellos, estos cristales son capaces de modificar la longitud de onda resultante, reteniendo una franja de color concreta: si incidimos luz azul con un led azul, los cristales de mayor tamaño la cambian a luz roja, mientras que los cristales más pequeños la transforman en luz verde. Y es que los quantum dots normalmente son de dos tamaños: unos de 6 nanómetros, los más grandes, y otros de 3nm, los pequeños.
¿Y para qué sirve esa lámina de plástico amarilla? Para ayudar en la retroiluminación blanca. A partir de una fuente de iluminación LED azul pura, los quantum dots ayudan a conseguir una retroiluminación blanca uniforme y de alta luminancia. Y el control de la luz es la clave para evitar sangrados o fugas de luz que deformen la correcta representación del color.
A por el mejor contraste
Si nos fijamos en los televisores OLED, estos cuentan con un gran talón de Aquiles: retención de imagen, lo que a largo plazo puede producir “quemaduras” o burn in. Esto no es otra cosa que un desgaste sobre algunos píxeles. Los paneles OLED están conformados por píxeles orgánicos que, sobreexpuestos durante mucho tiempo a una imagen fija —como la mosca de un canal de noticias— y un brillo alto, terminan por perder intensidad y degradar la representación que hacen del color.
Algo que nunca sucede con un panel QLED, ya que sigue recurriendo a los clásicos filtros RGB, pero con la ventaja extra de las citadas técnicas de atenuación que, por un precio muy competitivo, son capaces de ofrecer un nivel de negro realmente intenso, idóneo para dar forma a las escenas cinematográficas más inmersivas. No en vano, el modelo de 50 pulgadas de la serie C71 es un QLED que ofrece, por poco más de 500€, un sistema de resolución 4K con Dolby Vision, control por voz, IPQ Engine y el chip IA de TCL.
La luz lo es todo. La luz da forma al color. Solo hace falta echar un ojo a la serie C71 y C81 del fabricante TCL, líder mundial en venta de TV, para comprobar los resultados de un buen QLED, compatible con todos los formatos HDR, además de soportar HDCP 2.2 en todas las entradas HDMI.
Dos paneles compatibles con Dolby Vision y HDR10+, los dos estándares claves en la actualidad de resolución 4K HDR Premium y refresco a 100Hz, garantizando una suavidad y nitidez en juegos o películas con escenas rápidas—. Innovaciones a las que se suman los marcos mínimos —biseles casi invisibles— y un amplio abanico de tecnologías compatibles bajo Android 9.0.
Ambas series cuentan con el sistema operativo de Android TV, lo que garantiza la incorporación del Asistente de Google y el rendimiento sin fisuras de apps como Netflix, Youtube, Prime Video, HBO España o Disney+. Con la particularidad de que la familia C81 hipervitamina su faceta visual con una barra de sonido 2.1 de Onkyo, elevando la calidad del sonido a una experiencia cinematográfica, compatible con Dolby Atmos.
¿Y qué hay del miniLED y el microLED?
Tampoco nos olvidamos de estas tecnologías, presentes en la familia de televisores más innovadores de TCL —en la Serie 8, conocida en Europa como familia X10—.
MiniLED y microLED son dos caras de una moneda. Ambos son paneles con píxeles de tres LED RGB (rojo, verde y azul) pero, dependiendo del píxel pitch o tamaño y separación entre cada píxel, estaremos hablando de mini o microLED. Los valores de referencia de la actualidad van desde los 2 milímetros hasta los 0,6 mm: a menor distancia, mayor control. TCL es uno de los pocos fabricantes que ha dado este salto de gigante a través de televisores como el citado X10, un panel disponible en 65 pulgadas que hace uso de más de 15.000 LEDs —25.000 en su modelo 8K— para lograr una iluminación con picos de hasta 1500 nits, recurriendo a un mejorado sistema FALD (Full Array Led Display) y cubriendo el 100% del espacio de color DCI-P3. Televisores como el TCL X10 marcan un nuevo estándar.
¿Cómo que FALD?
Nuestra «clase» de hoy no estaría completa sin hablar de las distintas tecnologías de iluminación. La gran mayoría de paneles LCD/LED cuentan con tres tipos diferentes de iluminación, tres grupos en los que, iteración tras iteración, se ha ido avanzando.
Dependiendo de si los LED están dispuestos alrededor del marco, en forma de matriz distribuidos por toda la trasera o simplemente en el margen inferior del panel, cuentan con un nombre u otro: Full Array o LED de matriz completa para los primeros; de borde LED, lateral o EDGE, para los segundos. Dos creativas soluciones a la que sumar una tercera: Local Dimming. Este nombre hace referencia a la atenuación por bloques o por zonas, lo que redunda en un mayor control de la luminiscencia.
En resumen, tanto la industria del QLED como del LCD en general han ido evolucionando en distintas direcciones, con los sistemas de iluminación FALD como vencedor tecnológico, pero en el que la constante innovación aún nos descubrirá nuevas formas de disfrutar de la televisión.
Imágenes: TCL