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Comprar un televisor es una tarea emocionante. Pasamos muchas horas delante de una pantalla, tanto viendo la tele como películas, fotos o jugando con la consola de videojuegos. Y cualquier perspectiva de mejora en calidad, tamaño o experiencia de uso crea una expectación significativa cuando nos decidimos a cambiar de aparato.

El problema es que hay tantos modelos de televisores, y de tantos fabricantes, que corremos el riesgo de perder la perspectiva cuando llegamos a la tienda y nos ponemos manos a la obra para elegir un modelo concreto. Hay decenas de ellos, en modo demostración con suerte, o en modo receptor de televisión en muchos casos, donde todas las pantallas muestran la misma emisión.

Además, los propios vendedores, de un modo más o menos directo, o inconsciente, puede que nos dirijan hacia ciertos modelos de un modo especialmente insistente. A todo ello se suma el efecto de confusión que se puede manifestar tras un rato yendo de tele en tele, que hace que no seamos capaces de establecer diferencias claras entre los modelos, o no seamos capaces de mantenernos firmes con nuestro criterio de compra, ya sea el de funcionalidades o el de precio, o ambos a la vez.

Enfocándonos en los elementos principales

Partimos de la base de que estamos buscando un televisor 4K. Los 8K son todavía una gama de nicho y de muchas pulgadas, y los FullHD entran en una categoría donde la calidad como tal se difumina en aspectos como el precio o el tamaño de pantalla, que será de un número de pulgadas reducido. 4K es la resolución de facto para televisores con un tamaño cada vez menor, pero por encima de 50’’ hasta las 75″ es la norma prácticamente.

Cuando nos vamos a una tienda y encontramos decenas de pantallas mostrando de fondo un programa de televisión, perderemos el tiempo si basamos nuestro criterio de selección en ese tipo de contenido. Es más interesante usar demostraciones técnicas que estén grabadas a la máxima calidad posible. Es bueno ir preparado, con una llave USB o un disco duro externo con contenidos específicos para evaluar la calidad de una pantalla. En webs como 4K Media tenemos contenidos descargables de máxima calidad en formatos FullHD, 4K, HDR10 o Dolby Vision, entre otros, para evaluar el potencial de uno de estos dispositivos a la hora de reproducir contenidos.

El tamaño, que sea el adecuado

Un primer criterio de selección es el tamaño. No hay que perder de vista las dimensiones del salón donde se vaya a instalar la tele y la distancia a la que se va a ver de forma habitual. Hay fórmulas para calcular el tamaño de la pantalla a partir de esas medidas, como las que podemos encontrar aquí. En ellas se pueden conocer los parámetros de resolución y tamaño del panel para diferentes tipos de estancias.

No hay que desviarse de esos cálculos por mucho que, al ver las teles en la tienda, pensemos que un tamaño mayor o menor podría estar bien. Lo más probable es que no sea así. Es mejor ceñirse a los cálculos o podemos terminar con una tele demasiado grande o demasiado pequeña.

La calidad entra por los ojos

Para hacernos una idea de la calidad de imagen de un televisor, es preciso usar contenidos de calidad. Si en una tienda tenemos de fondo una emisión televisiva, ese tipo de contenido solo servirá para ver cómo trabaja escalando a la resolución 4K nativa del panel una resolución inferior, generalmente 720p, pero para poco más, y de forma parcial.

Si queremos centrarnos en la calidad, podemos partir del tipo de panel. El tipo de panel importa, y mucho. Sin ir más lejos, la tecnología más recomendable actualmente es la QLED basada en el uso de los llamados Quantum Dots.

Pero, QLED por sí sola no es una garantía de calidad. También es importante identificar con qué tecnologías es compatible la pantalla para sacar partido a las bondades de este tipo de panel. Sin ir más lejos, lo ideal es buscar modelos que sean compatibles con HDR o alto rango dinámico.

Y eso es solo parte de la ecuación. Existen diferentes formatos de HDR: HDR10, HDR10+, HLG, SmartHDR y Doby Vision, que son las tecnologías disponibles actualmente para mostrar la mayoría de los contenidos de alto rango dinámico tanto en plataformas de streaming como en soportes físicos o digitales.

Que un televisor sea compatible con unos u otros formatos es la diferencia entre ver en todo su esplendor una emisión o conformarnos con un modo de visualización estándar sin HDR. Fabricantes como TCL lo ponen fácil al incluir compatibilidad con todos estos formatos HDR en sus gamas de televisores, incluyendo las medias como la C71, o la más avanzada C81.

El control de la iluminación también importa

La retroiluminación es uno de los elementos más relevantes en un televisor. En los modelos más económicos tendremos iluminación en los laterales de la pantalla. Pero, en los más avanzados, encontraremos retroiluminación con control por zonas FALD (Full Array Local Dimming), que permite reducir la luminosidad de las más oscuras, o aumentar la de las más luminosas sin que afecte a las zonas contiguas.

Televisores como los C71 o C81 de TCL ofrecen tecnología Micro Diming Pro, que es una variante de FALD desarrollada por este fabricante, con control de intensidad selectivo por zonas. Para apreciar esta tecnología, es conveniente ver contenidos con zonas muy oscuras y claras, de modo que se pueda comprobar hasta qué punto las oscuras son muy  oscuras y las brillantes son muy brillantes.

Tecnologías más avanzadas como MiniLED están llegando ya a algunos televisores comerciales, como el X10 de TCL, mejorando sustancialmente en aspectos como la cantidad de zonas de control de iluminación que se pueden gestionar de forma independiente.

No te olvides de comprobar el sonido

Los televisores también son responsables de hacer que se escuche el audio de los contenidos audiovisuales que estemos consumiendo. Se da por supuesto que el sonido nativo del televisor va a ser suficiente, aunque en no pocos casos acabaremos conectando un sistema de audio adicional, como pueda ser una barra de sonido. Pero, en la práctica, contar con un televisor que tenga un buen sistema de sonido nativo integrado es otro elemento diferenciador.

En este caso, será conveniente llevar a la tienda un pen USB o una unidad externa de almacenamiento con música o contenidos de vídeo con un componente musical destacado, para fijarnos en la calidad de la reproducción al mayor volumen posible y, también,  a niveles normales.

La compatibilidad con estándares de audio multicanal como Dolby Atmos es un elemento diferenciador, especialmente si se acompaña de un buen sistema de altavoces. Por ejemplo, televisores como el TCL C81 cuenta con una barra de sonido ONKYO 2.1 con 50W de potencia, lo cual hace que no sea necesario en la mayor parte de los casos adquirir un equipo de sonido adicional.

El sistema operativo: la puerta a los contenidos

En un televisor no solo podemos ver la tele: también accedemos a contenidos de fuentes externas como YouTube, Amazon Prime Video, HBO o Netflix. También es posible acceder a otros contenidos a través de apps, como en el caso de Disney+, aunque para ello es preciso que el dispositivo cuente con un sistema operativo compatible con ellas.

Android, de facto, es el sistema operativo que más opciones tiene para acceder a contenidos a través del televisor. No solo contenidos de vídeo y audio, sino también lúdicos.

Los televisores ya son Smart gracias a Android TV

Primero tuviste Android en tu móvil, ahora, en tu tele. Ofrecido por TCL Europe – The Creative Life

Posted by Xataka on Tuesday, October 29, 2019

La versión más reciente de la solución de Google es Android TV 9.0. Y, otro aspecto importante, es el de las actualizaciones. Para un televisor, el sistema operativo depende en gran medida del hardware. Y no siempre los fabricantes hacen posible que el sistema operativo se actualice con versiones nuevas, lo cual puede impedir que accedamos a contenidos importantes. Por ejemplo, Stadia de Google no está integrado en Android 9.0, pero sí lo estará en la siguiente actualización de Android TV.

Google Stadia abre las puertas a juegos en la nube, una tendencia que permite jugar, incluso en un televisor, a títulos con calidad de PC o consola a 1080p.

Fabricantes como TCL en sus televisores con Android 9 aseguran actualizaciones hasta Android 12, lo cual es una garantía de no quedarnos «colgados» al cabo de un año de haber comprado el receptor.

Los juegos también importan

Además de los contenidos audiovisuales, los televisores también se usan para jugar. Ahora con la consola y más adelante directamente en la nube. Para que la experiencia sea óptima, es conveniente que el televisor cuente con modos de baja latencia, para que los eventos con el mando de juegos o los eventos de otros jugadores en experiencias multiplayer se reflejen en la pantalla sin retardos.

Los fabricantes incluyen en algunas de sus gamas, como ocurre con los TCL C71 y C81, modos de baja latencia de 10ms de tiempo de respuesta, óptimos para jugar en el televisor, así como optimizaciones como la sincronización a nivel de frame, que elimina artefactos visuales debidos a que se «pinten» frames incompletos en pantalla. Las frecuencias de refresco de 100 Hz de modelos como el C81 son también un valor añadido relevante para la experiencia lúdica.

El consumo energético, más de lo que crees

El televisor es uno de los dispositivos que más pueden aumentar la factura eléctrica. Estamos ante un dispositivo que puede consumir entre 100 y 200 Vatios en modelos de 65» si usamos modos de máximo brillo para la retroiluminación. Para ver contenidos UHD y HDR, merece la pena no limitar las posibilidades del aparato, pero para un uso cotidiano es interesante disponer de modos de bajo consumo.

Además, la certificación energética es otro factor que diferencia a un televisor de otro. Ante dos posibles opciones, la que tenga una certificación mejor, puede ser una compra más inteligente.

Las certificaciones A+ y A son las que tendremos que buscar en estos dispositivos. Son las más habituales en las teles actuales . Una certificación A++ es complicada de encontrar actualmente.

Interactuar con el televisor más allá del mando a distancia

Otro detalle que pasa desapercibido por lo general hasta que tenemos el televisor en casa es el de la interacción con él. El mando a distancia es una forma de hacerlo, pero en los tiempos de Android TV o en el del uso compartido de las pantallas entre varios dispositivos, ya no es suficiente si queremos hacer un uso avanzado del televisor.

Tu voz es el mando con Android TV

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Posted by Xataka on Wednesday, October 30, 2019

Así, tenemos opciones como el control de voz, para el cual es interesante contar con un mando a distancia con micrófono incorporado. También es posible, en algunos casos, usar el smartphone como mando a distancia a través de apps, así como compartir contenidos desde el propio móvil con el televisor de forma inalámbrica tales como vídeos, fotos o audio, así como hacer capturas de pantalla del televisor.

TCL ha seguido esta tendencia en algunos de sus televisores, como los de las series C71 y C81, en los que encontramos control por voz a través de un mando especial con micrófono integrado, así como la app T-Cast para smartphone que permite interactuar de un modo versátil e intuitivo con la pantalla.

Diseño atractivo mejor que aburrido

En la parte del diseño, también es importante fijarse en detalles tanto estéticos como funcionales. Los marcos finos son una tendencia que contribuye a que la experiencia de ver una película sea más satisfactoria. El uso de soportes robustos, fáciles de montar y que no llamen la atención también es un detalla que importa.

Dónde están las conexiones es otro aspecto que tienes que evaluar. Lo mejor son las conexiones laterales. Las traseras generalmente no se usarán, ya sea por un potencial montaje en pared como por tener la pared cerca del aparato en un mueble convencional.

El uso de acabados metálicos también es más recomendable que los plástico, al menos en ubicaciones clave de la pantalla como los marcos.

Presta atención a los detalles

Como decíamos al principio, los televisores pueden parecer iguales cuando los vemos en una tienda, pero si nos fijamos en los detalles que hemos mencionado hasta ahora, podremos establecer criterios de selección robustos y objetivos para elegir nuestro nuevo centro de ocio para el salón.

Elegir es una tarea laboriosa, pero si se hace desde el conocimiento será también satisfactoria y podremos sacar el máximo partido a nuestro televisor desde el primer momento. El precio, por supuesto, es otra variable que hay que manejar. Por fortuna empieza a haber propuestas completas en lo tecnológico, y sensatas y proporcionales en el precio.