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Los televisores no son únicamente una pantalla en la que vemos películas, documentales, series, programas de televisión, fotos o incluso en la que jugamos. También son dispositivos en los que encontramos tecnologías de procesamiento de imagen, sonido y vídeo necesarias para que los contenidos se vean y se escuchen tan bien como hayan sido grabados.

En otros casos, estas tecnologías permiten que se vean y escuchen tan bien como sea posible verlos y escucharlos en un televisor con unas especificaciones sustancialmente mejores que las de los contenidos mismos. Es el caso, por ejemplo, de emisiones de televisión en HD que vemos en pantallas con resolución 4K.

Tipos de contenidos

Los televisores actuales incorporan tecnologías de pantalla en las que la resolución alcanza incluso el 8K, siendo 4K la estándar para la mayoría de los modelos, salvo los de gamas especialmente económicas. No obstante, los contenidos que están disponibles para el consumo siguen siendo, en muchos casos, contenidos con una resolución inferior o muy inferior.

Para hacernos una idea más precisa de a qué nos enfrentamos, podemos centrarnos en diferentes tipos de contenidos como los que mayoritariamente tendremos a nuestra disposición para consumir en el día a día.

Por un lado, está la televisión TDT tradicional. A pesar de que es una modalidad a la baja, reemplazada por el auge de los contenidos bajo demanda, sigue siendo consumida por millones de usuarios diariamente. En este caso, hablamos de contenidos con resolución HD en su mayoría, o Full HD en modos entrelazados como 1.080i.

Por otro, tenemos los contenidos bajo demanda a los que accedemos habitualmente a través del “deco” que nos proporciona nuestro operador de telecomunicaciones. En estos casos, la resolución suele ser Full HD real, con algunos canales en los que se llega a la resolución 4K, aunque no es ni mucho menos la norma. HDR o el sonido multicanal no son la norma, aunque sí es la tendencia.

En otro orden de cosas, tenemos los contenidos a los que accedemos a través de las aplicaciones nativas que incorporan los Smart TV. Es el caso de HBO, Disney+, Prime Video o Netflix, sin olvidar Filmin o YouTube. En estos casos, cada proveedor ofrece contenidos en resoluciones hasta UHD, junto con HDR en alguna de sus posibles modalidades dependiendo del proveedor de contenidos. También tenemos sonido multicanal de alta calidad.

Los soportes físicos tales como Blu-Ray son una fuente de contenidos que está cayendo en desuso, pero ofrecen la mayor calidad posible junto con los contenidos digitales que podamos tener almacenados en soportes de almacenamiento externos conectados al televisor. Aquí encontramos resolución 4K, más codificación de sonido multicanal y estándares HDR.

Los juegos, por su parte, son una fuente de contenidos en progresivo aumento. En estos casos, tenemos una excelente calidad a resolución Full HD en la generación actual de consolas, pero que llegará a 4K de forma habitual en la siguiente generación que se presentará en las próximas semanas.

AiPQ Engine: la tecnología de procesamiento de imagen de TCL

Cada fabricante tiene que ser capaz de “traducir” los contenidos que llegan al televisor a través de la antena, Internet, el cable HDMI o un puerto de conexión USB al “idioma” del aparato. Así, podemos tener contenidos en resolución HD, pero al mostrarlos en una pantalla 4K se verán pixelados, salvo que el procesador de imagen los “traduzca” a una pantalla 4K, donde hay que “inventarse” 8 veces más píxeles que en la resolución original para que el resultado sea creíble.

El escalado, de hecho, es una de las técnicas de procesamiento de imagen de las que depende que un fabricante pueda ofrecer televisores creíbles en el apartado de la calidad. TCL, sin ir más lejos, ha desarrollado su tecnología AiPQ Engine, que emplea algoritmos de Machine Learning para el escalado (este es el nombre que recibe la técnica de “inventarse” píxeles para que un contenido con una resolución menor que la nativa de la pantalla se convierta a dicha resolución) de los contenidos.

Escalado, HDR, calibrado y otros tipos de procesamiento

El escalado es una de las técnicas que emplea TCL en sus televisores con AiPQ Engine. Pero no es la única. AiPQ Engine se encarga también de mejorar los contenidos en otros aspectos, como la reducción del desenfoque motivado por el movimiento (Motion Clarity).

Es de especial importancia en los contenidos de menor resolución, ya que en el proceso de escalado se corre el riesgo de acentuar los artefactos de imagen asociados al movimiento de las imágenes. El ojo es especialmente sensible a las transiciones entre frames, y es ahí donde AiPQ Engine juega un papel especialmente relevante.

En los contenidos con resolución nativa 4K, el procesamiento se centra en mejorar la experiencia de visualización más que en corregir problemas o defectos. Así, en los televisores con regulación de la intensidad de la retroiluminación por zonas, es importante analizar los contenidos para apagar, encender o atenuar las diferentes zonas de la pantalla para mejorar el contraste o el rango dinámico de iluminación.

Si tenemos contenidos High Dynamic Range, el AiPQ Engine se encarga de detectar el tipo de HDR que tiene que procesar para realizar los ajustes óptimos para cada emisión y para cada frame en el caso de los formatos HDR con metadatos asociados a cada escena, como es el casos de Dolby Vision o HDR10+.

La reducción de ruido es otro componente del motor AiPQ Engine. Cuando hablamos de ruido, nos referimos a los artefactos de imagen que se aprecian en escenas especialmente oscuras, donde es posible que aparezcan elementos incorrectamente coloreados (el ruido). En estos casos, el procesador de imagen tiene que eliminar estos defectos o corregirlos.

Los juegos, reducir la latencia es fundamental

En el caso de los juegos, los televisores tienen que realizar un trabajo importante en aras de reducir la latencia. Es decir, disminuir el tiempo que media entre la pulsación de un botón en el mando de juegos por parte del gamer, y la representación en pantalla de la acción originada por esa interacción.

Si este tiempo es elevado, puede suceder que el jugador dispare siguiendo la percepción de un evento que ve en la pantalla, pero que haya sucedido antes realmente. Por ejemplo, podría estar disparando a un enemigo que en la práctica ya no está donde lo muestra la pantalla, porque esta “pinta” la acción con retraso.

TCL, en este caso, elimina etapas en el procesamiento de las imágenes para hacer que la latencia se quede en un tiempo de nada menos que 8 ms. Se juega con ventaja en los juegos, ya que estamos ante contenidos generados por dispositivos especializados en el renderizado de alta calidad, por lo que es posible eliminar etapas de procesamiento como la del ruido o el escalado. Es más, el escalado tiene lugar en ocasiones en la propia consola o PC, que también podemos conectar al televisor.

El sonido también importa

Suele dejarse de lado el sonido cuando se habla de televisores, pero para TCL es un componente esencial de la experiencia de disfrute multimedia. De hecho, la tendencia es la de integrar la compatibilidad con formatos de audio multicanal como Dolby Atmos en un número cada vez mayor de modelos de televisores.

En las gamas pensadas para usuarios más exigentes, se integran barras de sonido diseñadas conjuntamente con fabricantes especializados en audio como Onkyo. Y en algunas gamas de televisores se empieza a integrar la compatibilidad con estándares especialmente óptimos para videojuegos, como THX Certified Game Mode, que contempla tanto la experiencia de sonido como la visual.

EL objetivo es hacer que lo que se vea en la pantalla sea lo mejor que podamos ver a partir de los contenidos que lleguen a nuestro televisor procedentes de cualquiera de las fuentes de las que dispongamos o a las que tengamos acceso.

Imágenes: TCL